Entre 1831 y 1832, Michael Faraday descubrió que un
conductor eléctrico moviéndose en un campo magnético generaba una diferencia de
potencial. Gracias a ello, logró construir el primer generador electromagnético
denominado disco de Faraday, utilizando un disco de cobre que giraba entre los
extremos de un imán con forma de herradura, generándose corriente continua.
El dínamo fue el primer generador apto para uso en la
industria ya que fue el primero basado en los principios de Faraday.
Fue construido en 1832 por el francés Hippolyte Pixii,
empleando un imán que se hacía girar. Él fue quien descubrió que cada polo
inducía una corriente en sentido contrario, es decir, una corriente alterna, por
lo que agregó al sistema un conmutador eléctrico y convirtió la corriente
alterna en corriente continua.
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